Abrir el grifo es un sencillo y cómodo gesto que realizamos a diario. Pero…¿somos conscientes del gasto de agua que supone esta común acción? Un solo grifo durante un minuto puede expedir más de 15 litros de agua. Si trasladamos esta realidad a un entorno empresarial, donde hay un número elevado de personas que hacen uso de las instalaciones para el abastecimiento de agua, la cuenta de litros desperdiciados es considerable. ¿Es posible moderar o regular ese consumo para ahorrar agua en el trabajo?
Cómo ahorrar agua en el trabajo
En los entornos laborales, se suelen adoptar medidas que contribuyen a evitar este tipo de derroches como instalar grifería con sensores, modernizar el sistema de tuberías, o incluso, modificar los inodoros con la instalación de cisternas de bajo gasto.En lo que al consumo de agua se refiere, una de las mejores alternativas es la instalación de dispensadores de agua.
Se trata de una ventajosa medida que en primera instancia, evitará el malgaste circunstancial que se ha producido por el simple gesto de abrir y cerrar el grifo para beber. Además de facilitar una hidratación eficaz y contribuir al consumo diario de agua, un dispensador es una forma ecológica y económica de gestionar el consumo de esta.
Por qué se ahorra agua con un dispensador
La conciencia medioambiental es un factor que cada vez cobra más relevancia en la sociedad actual. Y una fuente de agua supone una buena opción para generar menos residuos de plásticos. Se trata también de una forma de ahorrar espacio ya que resulta innecesario guardar agua envasada en la nevera para disfrutarla fresca, ya que este tipo de dispositivos poseen sistemas para proporcionar el líquido frío, caliente, o del tiempo al gusto.
De esta forma, los frigoríficos dispondrán de todo su espacio libre para que los empleados puedan guardar cómodamente la comida u otro tipo de bebidas. Instalar un dispensador de agua también supone una comodidad si se tiene en cuenta el abastecimiento. No será necesario acudir al supermercado y cargar con botellas de plástico. Además, también significa un ahorro económico ya que en su totalidad supone un gasto más rentable que optimiza los recursos destinados para la hidratación.